jueves, 3 de septiembre de 2015

Poti-poti

hispano-luso

Dado que las circunstancias de esta crónica impiden que saque a relucir mi farragosa prosa, pues de hacerlo os castigaría con una “Historia Interminable” que nada que ver tendría con la que marcó mi generación –sería más soporífera y pesada que Cocineros al volante: ese programa de segunda, de la Primera, afortunadamente, ya en el garaje, aunque su sitio debería ser el desguace-, de otro estilo literario, aunque también “viejuno” –la cabra siempre tira al monte-, echaré mano hoy, y de una forma cuasi telegráfica reseñaré los llanos gastronómicos –algunos más corrientes que otros- que precedieron a los cuatro grandes puertos que pusieron el colofón a mi escapada por el norte de España.

Ciudad Rodrigo (Salamanca). Restaurante Zascandil.

El moderno de la estepa salmantina, dotado de una sala y de una terraza de lo más agradables.

Pan y aceites correctos, acompañados por un derroche de sales (ahumada, rosa del Himalaya, Maldon, y volcánica de Hawai).

Correcta tostada (buen pan de molde dulce) de cecina (buena), foie (mediocre) y maíz inflado.

Buenas setas de cardo aderezadas con aceite de cilantro.

Notable carpaccio de vaca –una notable Charolais de Salamanca que nada que envidiar tenía a la Morucha propia de la zona- aderezado con virutas de queso Hinojosa.

Excelente postre de queso Idiazábal, miel y nueces.

Vino: La Dama Juana 2014.

Precio: 40€

Si no sois temerarios en vuestras elecciones, la vista os resultará de lo más agradable.

Tomar (centro de Portugal). Restaurante Calça Perra.

Una cocinera como la copa de un pino y uno de los restaurantes más románticos en los que he comido.

Muy buen pan, buenas aceitunas aliñadas con ajo y hierbas, y mantequillas blanca y de hierbas y ajo –si Beckham en vez de por el Madrid hubiese fichado por el Oporto, no sé qué hubiese sido de la pija de Victoria, pues lo del ajo en Portugal es de cuidado-.

Excelentes mejillones cocidos en agua de mar, ajo, laurel, limón, perejil y chalota.

Impecable lubina salvaje ( 800 gramos), acompañada por verduras en su perfecto punto de cocción.

Resultona crep de Nutela con helado de nata.

Mediocre, por gelatinosa y mal quemada, crema catana -¡Quién le manda a un catalán pedir una crema catalana a 1.000 quilómetros de casa!-.

Vino: Alabastro 2013.

Precio: 40€

Por cierto, si recaláis en Tomar, el hostal Thomar Story es una más que recomendable elección de cama, casi tanto como cenar en este restaurante de nombre tan malsonante.

Nazaré (centro de Portugal). Restaurante O Bartidor.

Un chiringo más de los muchos que pueblan está concurrida localidad costera, pero, y a diferencia de lo que sucede en nuestro país, chiringo, en Portugal, no es sinónimo de Almax (la calidad del aceite o del pan, son buena muestra de ello).

Notables almejas a la plancha aderezadas con aceite de ajo y cilantro.

Buenas sardinas a la brasa con patata hervida.

Vino Contemporal 2014.

Precio: 20€

Coímbra (centro de Portugal). Restaurante Botiga.

Tapas, platillos y magníficas conservas en un ambiente cosmopolita, “made in” IKEA, y de la mano de un servicio de lo más amable –la norma, como siempre, con excepciones, en Portugal-.

Muy buen servicio de pan (maíz, centeno y blanco) y de aceite.

Irregulares aperitivos. Un 7 para la rillette de atún con cebolla frita, un 6 para los tomates aliñados, un 5 para la olivada y un 4 para la ensalada de ricotta, beicon y limón.

Excelente la conserva de lomo de atún con batata dulce y mayonesa de lima.

Notable la de bacalao con ajo y cilantro.

Interesante la morcilla con piña y manzana a la canela.

Y más que correcto el postre de lima y albahaca.

Vino: 100 Hectareas.

Precio: 30€.

Sin duda, una parada y fonda más que recomendable si la vida os lleva a esta tan bonita como decadente ciudad.

Pinhao (Valle del Duero, Portugal). Restaurante Vela Douro.

Típica “sidrería” del Valle del Douro, situada en un emplazamiento (a orillas del río) casi inmejorable.

Buenos pulpo y pluma de cerdo negro a la brasa, acompañados por patatas, también braseadas, y un muy buen pan.


Notable bizcocho borracho (como no cabría otra, de vino de Orto).

Vino: Sagrado 2012.

Precio: 30€

Si el Bierzo y la Ribera del Sil bien valen una misa, el Valle del Douro justifica una conversión, así que, cuando vayáis, no desaprovechéis la oportunidad de visitar la bodega Symington Vinhos.

Provesende (Valle del Duero, Portugal). Restaurante Papas Zaide.

La casa de comidas más genuina en la que jamás he recalado.

Interesantísimas aceitunas con miel.

Muy buenos panes de trigo y de maíz.

El mejor codillo (asado al vino de Oporto) y acompañado con patatas y arroz salteado con verduras, que he comido (sabroso, tierno, ahumado…).

Buenos, pero que matarían a un diabético solo con mirarlos, postres: pasteles de coco, y de almendras y cabello de ángel.

Vino: Dialogo 2013.

Precio: 20€.

La comida en esta casa de comidas y la estada en la casa rural Morgadio da Calçada justifican la excursión a Provesende.

Porto (Portugal). Restaurante Ostras e Coisas.

Como Porto es mejor, me gusta más que Lisboa, Ostras e Coisas le da un baño a nuestro, al de Sarrià, Gouthier.

Buenas mantequillas (colorá, y de ajo y perejil) y pastel de cangrejo, para untarse en un pan a la altura.

Correctas, nada que ver, por planas, con las gallegas –aunque la proximidad podría hacer intuir lo contrario- ostras de la Ría de Aveiro.

Buena tostada de salpicón de pulpo picante.

Mejor escabeche de gallo.

Excelentes zamburiñas.

Muy buen pudin de vino de Oporto.

Y más que resultón el pastel de queso con confitura de calabaza a la vainilla.

Vino: Duas Quintas Blanco 2014.

Precio: 30€.

Braga (Norte de Portugal). Restaurante-pastelería Lusitana.

Sin duda, además de su ambiente (conjuga perfectamente tradición y modernidad), lo mejor de Braga son sus pastelerías y dulces como el Príncipe o su Lemon Pie.

Precio: 5€

Villafranca del Bierzo (León). Parador de Villafranca del Bierzo.

Solvente comida de hotel.

Correcto pulpo a la gallega.

Buena, pero a años luz de la de Cárnicas Lyo, cecina de León.

Aceptables huevos fritos con patata panadera y carne de matanza.

Resultón pastel de queso.

Y buen helado de castañas

Vino: Cuatro Pasos Black 2011.

Precio: 40€.

Gijón. Restaurante Doble Q (BAL Hotel-SPA).

Lo mejor: el hotel, la terraza y el servicio.

Lo peor: ser capaces de no dar pie con bola con dos clásicos de la cocina de hotel (Club Sándwich y Ensalada César) y dos platos de sota, caballo y rey (croquetas y Banoffee).

Vino: Nuestro crianza 2012.

Precio: 40€.

Visitas, estas dos últimas, solo justificables si os hospedáis en sendos hoteles y lleváis tantos quilómetros encima que el cuerpo os pide, os exige, descansar. Puede que algunos ni me entiendan, ni lo compartan, pero me parece mucho más caro pagar 40€ para cenar en estos dos restaurantes que pagar, respectivamente, 100€, 90€, 90€ o 250€ en los restaurantes Silabario, Casa Gerardo, Cenador de Amós o Mugaritz (las próximas etapas de esta bitácora).

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